martes, octubre 04, 2005

Just like a woman.




Se suponía que me alcanzaría al final de la calle. No lo hizo. Después de esa charla tan corrosiva y desgastante, cualquiera de sano juicio, evitaría seguir sosteniendo algún vínculo emocional con una persona de tales características: ser bi-polar. Aunque siendo optimista, quiero pensar que la dosis de barbitúricos que ella cotidianamente consumía, no habían tenido su debido efecto aquella noche apocalíptica, donde todo parecía haberse confabulado en mi contra. Antes de salir corriendo de su departamento, me dijo, venenosamente: sabes? siempre he creído que eres un idiota!!, no vales la pena! de que te sirve leer tantos pinches libros si no tienes un peso!! Además, estas enfermo de rencor!!. Glup. Trague gordo y comencé a sentir un dolor agudo en mi testículo derecho. No habían pasado ni diez segundos de haber escuchado aquél desagradable discurso cuando la vi echarse sobre sus rodillas y soltarse en llanto. Salí por la puerta trasera buscando a tina, mi niña ojos azules. Tina!!!! Tina apareció detrás de unos matorrales, y cuando la iba a tomar de la mano, la escuche decir: vete adelantando, en la esquina te alcanzo.
Tras unos minutos de reflexiva caminata, entre a un baresucho cosmopolita de incierta reputación. No dejaba de pensar en tina y su extraño y cándido comportamiento . Mesero! una cerveza bien fría por favor!. A mi costado se encontraba un poetita de medio pelo de apellido Wilde, que con cigarrillo en mano no dejaba de repiquetear una y otra ves la estrofilla de una canción de moda. She taste just like a women / she makes love just like a women. En mi cabezota no dejaba de revolotear la estúpida idea de regresar a la casa de tina, por ese par de fotografías de mi mismo, que con tanto fervor había cuidado desde pequeño. Era mi única referencia de mi niñez. Deseché la idea. Otra cerveza fría por favor! De la rocola del lugar empecé a escuchar la canción de moda de Dylan: just like a woman. Eché un vistazo al tal Wilde, tarareaba la melodía. Salí del bar y caminé rumbo a casa.