lunes, octubre 09, 2006

La otra noche te espere tres horas y diez minutos,
llovía.
A la habitación aun no se le quitaba ese tufillo tan rico que dejamos cuando hacemos el amor.
Quedaste en llamar y no lo hiciste.
En la televisión, lópez doriga anunciaba pomposamente el 5to informe del gobierno foxista.
La grabadora tocaba we only come out at night.
Estaba ansioso porque apareciera tu idílica silueta en el marco de la puerta.
Nunca llegaste.

Forjé un porro y lo fumé como desesperado.
La ansiedad no cedía.

Marqué a la sala de masajes físico-terapéuticos roxxana.
Una mujer levantó el auricular arguyendo que tenían mucho trabajo, y que por única vez no podrían acudir a mi desesperado llamado.
Me recompensó diciendo que para la próxima, el masaje incluiría un exquisito blowjob.
Al colgar la bocina, imaginé mi rostro con mirada displicente y la boca seca.
Miré hacia la ventana, ya comenzaba a escampar.
Tomé un sorbo de cerveza como queriendo aclarar mis ideas.
Minutos después comprendí que la moneda había caído por el lado de la soledad.

miércoles, junio 28, 2006



no quiero fotografiar no quiero

martes, junio 27, 2006

... cindy!


Cindy Sherman
Untitled #86
1981

lunes, junio 12, 2006

miércoles, junio 07, 2006

Salón de baile...

Santa Cruz, Sonora, 18 de febrero 2005. Laila sale de su fiesta de xv años -no sin poca decepción-, dada la nula asistencia de sus cuat@s. ¿Que pasa laila? ¿porque no han llegado tus amig@s? ...mmm es que hoy por la mañana llegó una avioneta con harta marihuana y pos yo creo que todavía la andan descargando...

lunes, junio 05, 2006

viernes, junio 02, 2006

lunes, mayo 22, 2006

lunes, mayo 08, 2006

S/T, 2006.

viernes, mayo 05, 2006

miércoles, mayo 03, 2006

Batman y robin

By mark chamberlain

viernes, abril 21, 2006

never been there...



A la entrada de huatabampito nos encontramos con un letrero que rezaba irreverente:“huatabampito, territorio liberado”.
Wow! Me quedé callado, no supe que decir, me intrigaba enormemente tal afirmación.
Mmm ¿territorio liberado? de qué o quién? de lo apaches? de los filibusteros? de la mexican mafia?

Así pues, la chio -amiga entrañable- nos condujo a un lugar casi idílico.

-Dale hasta el fondo de la bahía, se van a cagar con lo que les voy a mostrar. -Dijo la chio-
-Yo, un poco escéptico ante el comentario, me limpiaba aun las ultimas lagañas mezcladas con arena, producto de la senda borrachera que nos pegamos la noche anterior.
-Aquí es!-
-dijo la chio
-Estaciona el carro en este lugar, pues el área de manglar esta justo cruzando esas dunas.
-Manglar?!, no mames morra!, eso solamente lo encuentras de nayarit para abajo.
-Tu no la hagas te pedo putito!, déjate querer, vas a ver que te va a encantar el lugar.

Caminamos poco mas de 100 metros por entre dunas de arena fina, de pronto, en el horizonte se asomó una arboleda típica de un habitad tropical.

Órale! –dijo el guacho-
-Que chido lugar, tengo tres años viviendo en sonora y es la primera vez que veo tanta vegetación, es más! voy a liar un porro para festejar que mis pupilas están viendo lo que están viendo.

Esta bien! –dijimos todos.

Caminamos hacia lo que parecía ser una lancha abandonada, nos sentamos y hablamos un rato sobre la situación político-económica que se avecina apropósito de las próximas elecciones. La discusión –estéril- se agudizo cuando empezamos a confesar nuestras intenciones de voto. Ante la sorpresa de todos, la chio, con vehemencia, en uno de sus ya clásicos monólogos poli frenéticos, defendió a capa y espada el proyecto alternativo de nación, del priista-perredista AMLO. Se género una atmósfera de tensión, que se diluyo de inmediato por un comentario fuera de lugar pero finalmente certero y extremadamente mordaz del gringo joseph, que con su español entrecortado, dijo que, -palabras más palabras menos-
después de la invención de la rueda había sido inventada la panga.
La situación fue reventada con hartas carcajadas.

De pronto, y de la nada, apareció un hombre vestido de pescador; es decir, con pantalones cortos estilo remi, camiseta vaquera a botones y un sombrero de palma bien estilero, el tipo no portaba calzado, iba a rin pelón.

-Esta es mi panga, -dijo el pescador-
Nadie dijo nada, hubo un silencio incomodo.
Cuanto por una vuelta? –preguntó el gringo-
Mmm Denme una caladita de lo que están fumando y 50 pesos, los llevo a dar una vuelta y vemos el atardecer en el desemboque de la laguna con el mar.

Esta bien, -dijo la chio-
te damos 100 pesos más si nos llevas al islote, y vemos el atardecer desde ese lugar.
Mambo!, -dijo el pescador, dando una fuerte calada a lo que estaba fumando-

Llegamos al islote, lo pelícanos volaron, las toninas pasaron una detrás de otra, nos pegamos unos tragos, vimos pájaros de color rosa, hablamos vaciedades, jugamos un tochito, me lastime el pie izquierdo, vimos el atardecer, reímos, el gringo nadó con las toninas, la chio se besuqueo con el pescador; fuimos felices un buen rato.

Cuando desperté, aun era de noche, pero no era el mismo día, es decir, habían transcurrido 24 horas. Había dormido demasiado Todos dormían, tenia sed, me dolía un poco el pie izquierdo. Me sentí solo, nostálgico. A lo lejos escuche a alguien gritar territorio liberado cabrones!.
Había luna llena, la arena estaba fría, y mientras contemplaba el cielo me vino el recuerdo y la imagen de la negra.

lunes, abril 17, 2006


El zayel, pescador, 34 años. Huatabampito, 2006.

miércoles, abril 05, 2006

Anoche, 2004.

lunes, abril 03, 2006

Selfportrait



















retratos íntimos de un perturbado, 2000.

miércoles, marzo 29, 2006

welcome

Son las diez y media de la noche, busco salir del aeropuerto de inmediato, traigo una gripa pesadísima, la multitud en la sala de espera solo hace que se haga más aguda mi jaqueca. Salgo del aeropuerto y me dirijo a la estación del metro terminal aérea. Glup! trago gordo y pienso en los múltiples relatos de ultra violencia de-efeña que he escuchado en los últimos meses. Asaltos a bancos, secuestros express, el mochaorejas, él ¿o la? mata viejitas y toda la sarta de malas noticias que suelo escucharle al cara de guante de béisbol del lopezdoriga, vienen a mi mente.
Camino un par de cuadras, bajo veintitrés escalones y ahí esta la estación: desierta. Si no fuera por un trasnochado indigente que me acompaña desde hace unas cuadras, bien pudiera pensar que la ciudad se vació a mi llegada. Mi conciencia me regaña diciendo: como piensas pendejadas, la cd de méxico no puede notar tu presencia y mucho menos vaciarse con tu llegada.

Trepo el cabus naranja y lo primero que veo son dos chavos bandapunkhardcore, que con grabadora en mano platican sobre la mascara del santo y su importancia religiosa en el imaginario colectivo mexicano.
-Chale!- le dice uno al otro- sabias que el palacio de bellas artes ya chafió?!
-Apoco si mi valedor!. –responde el otro- No sabía, pero como fue?
-Pos ya ves como es la lógica del mercado que todo lo corrompe. Ya ni los recintos de alta cultura respetan; hace unos años, a la pinche juanga se le ocurrió aventarse un par de conciertos, quesque muy machines según los asiduos a la música popular mexicana, pero lo único que hizo el wey, fue contaminar el útimo recinto de culto que teníamos.

Uyturruntuntun! -pensé-, quién los viera, dos chavos banda haciendo apología a la “alta cultura”. En ese preciso momento me volvió un fuerte dolor añejo a mi testículo derecho.

Bajé en la estación zócalo, salí a la explanada mas emblemática de lo que queda de la república –siempre que digo la palabra república, me imagino que soy un personaje del yorch lukas en alguna de sus guerras de las galaxias-; y una serie de incógnitas y sentimientos encontrados me asaltaron. Me late pensar en la posibilidad de no haber sido conquistados por los españoles ¿Qué tal si hubiésemos sido conquistados por los asiáticos? De seguro fuéramos una sociedad más equilibrada ¿o no?
Una vez mas mi conciencia me regaña.

Voy caminando por calles cargadas de harta historia, en este lugar todo se mezcla: cultura precolombina, cosmopolitismo, gringos, huicholes y totonacas. Aquí todo se híbrida, aquí, es pues, como dijera el maese canclini, el mayor laboratorio social de latinoamérica. Cuando despierto de mis cavilaciones, me encuentro frente a un seven eleven, el tendero me pregunta: que va a llevar joven? Yo, absorto, me doy cuenta de mi descuido y le pido una botella de tequila barato y una caja de alitas. “Las alitas han de ser pa volar y el tequila para no sentir el putazo” me dice sonriente el tendero, al entregarme la mercancía. El dolor de cabeza vuelve. Aprieto el paso y busco con un poco de desesperación el “hotel principal”. Abro la puerta de la habitación numero 23 y se abalanza sobre mi un fuerte hedor a caño, en la habitación de al lado, alguien grita ¡dame más! no logro distinguir si es voz de mujer u hombre. Pongo mi maleta y lo recién comprado en una de las camas. Prendo el televisor y una vez más me dispongo a ver las noticias del día.

jueves, marzo 16, 2006

desazón bohorquiana

a heart that`s full up like a land lif.
a job that slowly kills you.
bruises that wont heal.

you look so tired_nhappy. bring down the goverment.
they dont speak for us.

i' ll take a quiet life. a handshake some carbon monoxide.
no alarms and
no surprises. no alarms and no surprises.
silent.
silent.

this is my final fit. my final bellyache. with no alarms and no surprises please.

such a pretty house. such a pretty garden.
no alarms and no surprises
please.

cabezaderadio.

martes, febrero 28, 2006

sobre la contemplación de la historia.

Ismael Mercado, en el XXXI simposio de A e H.

jueves, febrero 23, 2006

Tenías el vestido más horrible de todo el tendido...A. Calamaro
I
Lo ideal es que a uno le salgan las cosas como uno quiere. Sin embargo, las impredecibles situaciones que te pone el destino manifiesto –whatever that means-; en ocasiones resultan más fructíferas e intensas que las expectativas que uno se genera por cuenta propia.
Por ejemplo, la noche que te encontré en aquél bar, de veras que lo que menos traía en la cabeza, era prenderme de alguien. Mi única intención era pegarme unos tragos e irme a dormir. Pero bueno, las cosas pasan y la mera verdad estoy bastante agradecido de haber coincidido contigo en ese tiempo y en ese espacio; sobre todo por haberme topado con alguien que a flor de piel proyectaba sensibilidad ante la vida.
Tantas son las coincidencias que miro en tu persona, que estoy casi seguro, de que tú, al igual que yo, también prestas atención a ese movimiento ocioso de traslación y rotación de la tierra.

II
En los últimos días, cada vez que me siento a leer mis frivolidades en la sala de mi casa, es inevitable mirar de reojo las cajas que me dejaste encargadas, todas repletas de ti. Con tus pertenencias amontonadas una arriba de otra. Tu ropa, tus zapatos negros, el kit para hacer velas de colores y bienolientes, tu portafolio negro repleto de textos académicos, el oso de peluche que –según me dijiste-, te acompañó en tantas aventuras emocionales, la mochila de tus viajes; todo, todo amontonado. Al igual que el titipuchal de memorias que construimos juntos y que se quedaron aquí dentro hechas un solo liacho.
Hasta ahora caigo en cuenta, de la importancia –casi religiosa- que en un momento dado, pueden adquirir los objetos. ¿Quién diría que un par de cajas hueveras aderezarían mi existencia? Y es que nunca antes, unas cajas de cartón viejo y reciclado habían tenido tanta importancia. Con decirte que hasta ya se han convertido en documentos históricos personales, pues con solo verlas, me transportan invariablemente, a esas tardes llenas de emoción por compartirnos, a esas noches de flirteo en que nos escapábamos al techo de tu departamento a conocernos y fumarnos juntos, a conectarnos con la dimensión de la risa y de los ojos rojos, a compartir anécdotas acumuladas y reflexiones entrañables sobre cualquier cosa.

III
Últimamente no he podido conciliar el sueño, por lo que algunas noches me he levantado con vehemencia de la cama, a media madrugada, de puntitas, a hurtadillas, como queriendo robarle sonido al ruido –o viceversa- para no despertar a nadie, solamente para olerte en tus cajas y saberte distante. Pero aun estando entre sueños, tu mirada inocente no me engaña.

Cierro los ojos y te imagino caminando por algún pueblito pintoresco del sur de México, entre burros, perros y gallinas, avanzando por sinuosos caminos, llenos de charcos, trabajando codo a codo con la gente, dando cátedra nutricional a niños hijos del México del olvido, de la ignominia, a donde los programas sociales nunca llegan. Te he soñado caminar por un campo lleno de flores amarillas, entre caritas chorreadas y miradas displicentes, queriendo componer el futuro, amurallando su destino, regalando bocanadas de esperanza.

Una vez un amigo me dijo, que hasta el destino se había vuelto corrupto. Ingenuamente le creí. Días después, me topé con tu existencia y saz! me volteaste la tortilla.

La moneda, una vez más esta en el aire. Esperemos que no caiga por el lado equivocado.

martes, febrero 21, 2006

Con lujuria de hotel.

...y entonces regresé a mi casa, y por la noche tuve un sueño.

miércoles, enero 11, 2006

Disparos desde el abismo.

La puerta estaba cerrada, toqué un par de veces pero nada pasó. Los nudillos de mi mano derecha resintieron el contacto con la madera fría y vieja de tu puerta. Bajé los escalones tratando de adivinar donde podrías estar.
Mientras cruzaba la calle, a lo lejos, miré a una pareja de novios, que de manera muy rítmica caminaban casi sincronizadamente. Mi pensamiento divagaba entre la oscuridad de tu habitación de los miércoles por la mañana, y en esa oscuridad que produce tu entrepierna cuando estas dormida y yo te observo y te toco.
Me resultaba muy genuina la analogía de la oscuridad.

Me senté en la banca del parque porque supuse que quizá te vería pasar por la acera del otro lado de la calle. Jamás lo hiciste. Miré el reloj, las manecillas marcaron las 3 de la tarde. Decidí emprender la retirada, caminaba con la mirada desenfocada, como si mis neuronas pesaran tres kilogramos cada una. Era un día nublado. Recordé las palabras que tata Manuel solía decirme cuando miraba que el cielo comenzaba a escampar. Sin embargo, las nubes no cedían, el cielo estaba atiborrado, cerrado.
No podía creer que me lo hicieras de nuevo; no quería creer.
Camino a casa, encontré a tu amiga Marla, la salude y la invite a mi casa. Hicimos el amor un par de veces. Después preparó algo te de limón y decidió marcharse. No sin antes preguntar ¿Qué le dirás cuando la veas? Agache la mirada y pronuncié la palabra que ella quería escuchar: hola.
¿Y tú que le dirás cuando lo veas? También hola.

miércoles, enero 04, 2006