lunes, octubre 09, 2006

La otra noche te espere tres horas y diez minutos,
llovía.
A la habitación aun no se le quitaba ese tufillo tan rico que dejamos cuando hacemos el amor.
Quedaste en llamar y no lo hiciste.
En la televisión, lópez doriga anunciaba pomposamente el 5to informe del gobierno foxista.
La grabadora tocaba we only come out at night.
Estaba ansioso porque apareciera tu idílica silueta en el marco de la puerta.
Nunca llegaste.

Forjé un porro y lo fumé como desesperado.
La ansiedad no cedía.

Marqué a la sala de masajes físico-terapéuticos roxxana.
Una mujer levantó el auricular arguyendo que tenían mucho trabajo, y que por única vez no podrían acudir a mi desesperado llamado.
Me recompensó diciendo que para la próxima, el masaje incluiría un exquisito blowjob.
Al colgar la bocina, imaginé mi rostro con mirada displicente y la boca seca.
Miré hacia la ventana, ya comenzaba a escampar.
Tomé un sorbo de cerveza como queriendo aclarar mis ideas.
Minutos después comprendí que la moneda había caído por el lado de la soledad.

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